Pollo rustido.
Poner en una cazuela, un tomate grande pelado, si son pequeños dos, seis ajos pelados, una cebolla entera partida por la mitad, y unas hojas de laurel, un buen chorro de aceite de oliva suave, poner el pollo por cuartos, sal, pimienta, a fuego lento, y estar dándole vueltas muy a menudo. Cuando veáis que está todo bien hecho, le ponéis un vaso de agua y otro de vino blanco, dejar cocer, en lo que se vaya el alcohol, retirados del fuego, sacáis los trozos del pollo en un recipiente, y batir bien la salsa y echarla por encima.